lunes, 31 de octubre de 2011

Querido Nadie

No pensé que llegaría este día... Pero has pasado de ser una de mis pensamientos diarios, una de mis preocupaciones continuas, y uno de mis mayores deseos; a que ahora estés en un segundo plano.

No porque ya no sigas siento importante, tu relevancia no ha disminuido, han aumentado mis problemas. Mi vida, mi mundo, mi alrededor comienza a desmoronarse y no sé qué hacer ni cómo afrontar nada de esto.

Ojala pudieras estar aquí, pasar un rato en tu casa, con la tranquilidad de tu jardín junto a la piscina, charlando, jugando o tocándonos las narices mutuamente. Cualquier cosa para aislarme un poco del mundo, olvidar mis problemas. O simplemente contártelos y desahogarme. Pero estas lejos, y tienes tus propios problemas. Todo queda muy forzado hablando por teléfono o internet...

No sé si es una sensación, una realidad, o una idolatración amorosa, pero cuando estas aquí, cuando estoy junto a ti, los problemas desaparecen, haces que todo vaya bien. Me gustaría que estuvieras aquí, o en su defecto yo estar allí... pero ambas cosas son demasiado complicadas por las circunstancias personales de cada uno...

Al menos me queda un pequeño consuelo, aunque suene cursi y "enamoradizo", te tengo en mis sueños. Desde que todo esto comenzó a ir mal, cada noche comenzaste a aparecer en mis sueños, y cuando duermo todo va bien. No hay problemas y estas junto a mi... Así algo es algo...

Decaída y echando de menos a mi mejor amigo me despido, Sin Remite.

jueves, 13 de octubre de 2011

Querido Nadie

Ahora eres más “nadie” que nunca.

Hace días, semanas, que no sé nada de ti. No respondes cuando te escribo, no contestas a mis llamadas. No sé si te pasa algo o me estas evitando. O quizás ambas cosas.

Estoy preocupada, no se deja en el olvido a la persona que se supone que es tu mejor amiga. Aunque últimamente parece que el concepto que tengo de la mejor amistad no coincide en exceso con el del resto de la humanidad… Tendré que acabar creyendo que soy la que está equivocada. Pero eso es asunto aparte.

Todo eso no quita para que siga preocupada. A pesar de lo que siento, tú sigues siendo mi mejor amigo, y te echo de menos como tal, y de tal modo siento que alto te está pasando y, que por lo que sea, no quieres contármelo, no sé si lo que pasa es que no quieres que lo sepa la chica que está enamorada de ti, o si le quieres ocultar información a tu mejor amiga. De cualquier modo, esa soy yo, y como mejor amiga no me gusta que me excluyas de tu vida.

En mi interior, en la intimidad de mi habitación, quizás no sepa muy bien separar una parte de la otra, pero ante ti siempre lo he hecho, exceptuando el día de la despedida. Ese día apague mi parte racional, y deje que la chica enamoradiza campara a sus anchas y la tuve a flor de piel.

No hace mucho pensaba luchar por ti con uñas y dientes cuando tuviese la oportunidad, pero ahora… al notar nuestra amistad en peligro, no creo que sea lo más adecuado. Quizás deba seguir tu consejo una vez más y buscar a alguien para darle todo lo que creo que quiero darte a ti. Pero por favor, dime qué carajo te pasa, porque la preocupación no me deja dormir, y la falta de sueño hace que esté al borde de la locura…

Me despido sin amor, sin amigo, sin noticias, Sin Remite.