Comienzo a no ser yo.
Estoy perdiendo lo que me define, estoy perdiendo mi esencia, ni yo misma.
Algo va mal, muy mal. Y no sé que es, como identificarlo y aun menos como
corregirlo.
No sé si vivo anclada en algún lugar del pasado y estoy impidiendo que mi
vida siga su curso.
No sé si es que el rumbo que están tomando las cosas no me gustan y quiero
salir...
No sé nada, tan solo que quiero que pare, sea lo que sea.
Necesito tranquilidad, tiempo, espacio, perspectiva.
Un retiro "espiritual" para saber qué hacer, que pensar, cual será
mi siguiente paso.
Pero antes de nada necesito estabilidad, física, psíquica, emocional. Y mi vida
ahora mismo es de todo menos estable. A pesar de que tengo trabajo, coche, casa
y una familia que me brinda todo lo necesario para que nunca me falte nada,
puedo afirmar que cada día todo es más inestable. Principalmente mi mente, mi
psique, comienzo a preocuparme seriamente por lo que hay en el interior de mi
cabeza, de mi subconsciente, que cada día se abre camino a mayor velocidad y
con mayor violencia hacia mi consciente, y me da miedo.
Me doy miedo.
Empiezo a creer que este afán por cambiar mi entorno, mi situación, por ir a
otro lugar y comenzar otra vida, no es más que una huida a la desesperada de mi
misma, quiero escapar de ese yo que cada día crece más y no sé hasta qué punto
puedo llegar a controlarle.
Tengo miedo a que tu ausencia, la ausencia de todos, esta parcial soledad
con pequeñas mono dosis de compañía ocasional, acabe por romper las cadenas con
las que toda mi vida he atado a mi subconsciente lejos de la superficie. Me
siento como el Dr. Jekyll cuando sabe que esta volviéndose adicto a ese brebaje
que despierta a Hyde.
Mi problema es que nunca he dejado a Hyde libre, y temo hacerlo. Es grande,
violento, desequilibrado, fuerte, está furioso y lleva años privado de total
libertad.
Ahora más que nunca te necesito. Necesito serenidad, tranquilidad, sosiego,
y compañía. Cualquier cosa antes de estar sola.
Asustada y atemorizada, me despido: Sin Remite.