Vuelve a pasar.
Vuelve la incertidumbre, el no saber que sentir, el no saber que
pensar, el no creer a nada ni a nadie, la distorsión de realidad, no
saber siquiera que ves ante el espejo.
Vuelve el silencio, las lagrimas reprimidas, los gritos ahogados,
los sollozos ocultos en la almohada.
No hay cosa que odie más, y que a su vez más veces haya estado
haciendo a lo largo de toda mi vida, que el hecho de reprimir un
beso. Desear con todo mi cuerpo, mi alma, con todo mi ser, dar un
beso, un simple, sencillo, único, suave y tierno beso, y que se
quede en eso, en deseo, desear y desear, fantasear, soñar, anhelar
un beso cual ambrosía universal, y no tener oportunidad de darlo, ni
valor para propiciarlo.
Y vuelves tu, cambiando de nombre, de rostro, de cuerpo, de
persona, pero otra vez tú.
"My Dear Mr. Nobody" me persigue constantemente, cual
ente misterioso e incorpóreo que decide jugar a ocupar cuerpo al
azar y entrometerse en mi vida para revolverlo todo, para crear o
aumentar el caos que ya de por si hay en ella, volverme loca y no
saber que quiero, que siento, perdiendo todo sentido de la realidad y
enajenando por completo todo cuando creo conocer de mi misma.
Se que no es amor, ahora se que siempre usado mal ese termino, es
más, empiezo a pensar que jamas he llegado a saber que es eso. O que
cada tú dispar y distinto ha provocado que eso sea aleatorio y
diferente y en si mismo haya sido y dejado de ser amor en partes
iguales de forma realmente rápida y sin transiciones apreciables.
Odio esta situación de eterno movimiento interno con una coraza
de quietud apabullante.
Odio no poder controlar esta situación, o no saber hacerlo, o que
una parte de mi no quiera detenerlo, cuando se como comienza, cuando
se como va a avanzar, cuando se que va a pasar, cuando se cual sera
el final, cuando la historia se repite una y otra vez, cual pesadilla
regresiva que tu subconsciente no puede detener y te acecha cada vez
que vas a dormir.
Quisiera apagarlo, quisiera detenerte, quisiera poder descubrir tu
verdadero ser, quisiera que te materializaras frente a mi sin poseer
cuerpo ajeno alguno y pudiese darte una estocada mortal, para que
esto parase, para que la historia dejara de ser cíclica, para que
dejases de tomar las riendas de mis emociones y por una vez pudiese
ser yo quien eligiese a mi siguiente "Querido No-nadie".
Me despido con el deseo de encontrar el botón de OFF en el
corazón de este alma Sin Remite.