sábado, 23 de febrero de 2013

Querido nadie




Ansiosa, impaciente, nerviosa, feliz.

Hacía demasiado tiempo que no sentía algo así. Esa ilusión adolescente y estúpida. Esa sensación de niñez, de inmadurez.

Las míticas mariposas en el estomago, las sonrisas bobas, los comportamientos absurdos...
Salir a la calle, caminar pausadamente bajo la persistente lluvia y sonreír sin motivo aparente, tan solo por pensar en ti.

Creerme la persona más feliz del universo y la más estúpida en el mismo instante y por el mismo motivo.

A veces pienso que no estaría teniendo esta regresión adolescente si el fuese más maduro, mayor...
Pero, ¿cómo si no me va a hacer sentir un hombrecito de 18 años?, sino como una pura adolescente como él mismo...

Aun no sé si esto es un error fatal, una pequeña locura pasajera o la mejor ocurrencia de mi vida...
En ocasiones me encuentro aterrada en un mar de dudas y muchas otras me descubro fantaseando con futuros inciertos e irreales...

En otro tiempo a esto le estaría llamando amor. Ahora no sé etiquetarlo, pero es una sensación que me encanta irremediablemente, como un chute de cualquier estupefaciente tras una larga racha de abstinencia, como ese nudo en el estomago cuando caes al vacío desde cualquier atracción de la feria, como la sensación de hundir los pies en la arena mojada por la espuma de mar tras caminar por la ardiente arena de la playa en pleno verano...

Encaprichada, atontada y feliz, como hacía mucho que no lo estaba, se despide con una sonrisa esta enamoradiza Sin Remite

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