miércoles, 9 de abril de 2014

Querido Nadie

¿Dónde quedaron aquellos esporádicos y sorprendentes "Gracias por existir"?



Tú que has sido el indudable protagonista de este rincón. Tú que has sido mi Mr. Nobody en un incontables ocasiones, y en tal numero que supera con creces la suma de todos los demás que han protagonizado estas misivas.



Tú que fuiste mi todo y cada día mas te conviertes en mi nada.



En ocasiones pienso que quizás no seas tú, sino que sea yo. "No es por ti, es por mí."
Pero no lo sé... Quizás aborrezco lo que antes tanto amé, quizás simplemente es que todo es tan distinto que realmente ambos hemos cambiando, o he conocido cosas que antes estaban en la mas absoluta ignorancia

Tantos "¿quizás?" y tantos "¿y sis?", que yo sola me abrumo entre pensamiento.



Pero no puedo evitar el pensar, como se llega en menos de dieciocho meses en de un GRACIAS POR EXICTIR, a una sutil guerra fría de puñales invisibles bajo conversaciones indirectas y ataques discretos e indirectos camuflados entre risas.



O de un SIMPLEMENTE GRACIAS a dar consejos a terceros que bien podrían ser tachados de alta traición si nos encontrásemos en la corte del mismísimo Rey Sol.



Quizás tu pedantería empieza a cargarme, quizás mi sociopatía empieza a odiarte.
Siquiera sé si me hago estas preguntas realmente, siquiera sé si estoy indagando para averiguar que pasa, o simplemente tengo miedo de saber el porqué, y hago preguntas al aire a sabiendas que ningún pajarillo podrá responder.



Solo sé que añoro aquellos tiempos en que recibía un tierno mensaje en el que agradecías mi existencia, aunque una parte de mi realmente no desea recibirlos teniéndote como remitente.



Me siento traidora, me siento malvada, me siento olvidada, me siento atacada.
Sin saber si soy culpable de mi incertidumbre o simplemente victima de tu madurez, se despide una vez más esta pobre y atormentada alma Sin Remite.


domingo, 23 de febrero de 2014

Querido Nadie

Vuelve a pasar.
Vuelve la incertidumbre, el no saber que sentir, el no saber que pensar, el no creer a nada ni a nadie, la distorsión de realidad, no saber siquiera que ves ante el espejo.
Vuelve el silencio, las lagrimas reprimidas, los gritos ahogados, los sollozos ocultos en la almohada.


No hay cosa que odie más, y que a su vez más veces haya estado haciendo a lo largo de toda mi vida, que el hecho de reprimir un beso. Desear con todo mi cuerpo, mi alma, con todo mi ser, dar un beso, un simple, sencillo, único, suave y tierno beso, y que se quede en eso, en deseo, desear y desear, fantasear, soñar, anhelar un beso cual ambrosía universal, y no tener oportunidad de darlo, ni valor para propiciarlo.


Y vuelves tu, cambiando de nombre, de rostro, de cuerpo, de persona, pero otra vez tú.
"My Dear Mr. Nobody" me persigue constantemente, cual ente misterioso e incorpóreo que decide jugar a ocupar cuerpo al azar y entrometerse en mi vida para revolverlo todo, para crear o aumentar el caos que ya de por si hay en ella, volverme loca y no saber que quiero, que siento, perdiendo todo sentido de la realidad y enajenando por completo todo cuando creo conocer de mi misma.


Se que no es amor, ahora se que siempre usado mal ese termino, es más, empiezo a pensar que jamas he llegado a saber que es eso. O que cada tú dispar y distinto ha provocado que eso sea aleatorio y diferente y en si mismo haya sido y dejado de ser amor en partes iguales de forma realmente rápida y sin transiciones apreciables.


Odio esta situación de eterno movimiento interno con una coraza de quietud apabullante.
Odio no poder controlar esta situación, o no saber hacerlo, o que una parte de mi no quiera detenerlo, cuando se como comienza, cuando se como va a avanzar, cuando se que va a pasar, cuando se cual sera el final, cuando la historia se repite una y otra vez, cual pesadilla regresiva que tu subconsciente no puede detener y te acecha cada vez que vas a dormir.


Quisiera apagarlo, quisiera detenerte, quisiera poder descubrir tu verdadero ser, quisiera que te materializaras frente a mi sin poseer cuerpo ajeno alguno y pudiese darte una estocada mortal, para que esto parase, para que la historia dejara de ser cíclica, para que dejases de tomar las riendas de mis emociones y por una vez pudiese ser yo quien eligiese a mi siguiente "Querido No-nadie".


Me despido con el deseo de encontrar el botón de OFF en el corazón de este alma Sin Remite.