sábado, 24 de diciembre de 2011

Querido Nadie

Has vuelto...
Estas aquí de nuevo, como tanto tiempo llevo deseando, pero no es igual.

Y lamentablemente tienes razón. Estoy fuera de lugar.

La que ha cambiado soy yo, la que esta diferente, rara, distante, soy yo.
Echaba balones fuera, intentaba atribuirte a ti mis cambios, porque eras tú quien se había ido, porque eres tu quien tiene a alguien.

Pero la que ha cambiado soy yo, porque te has ido y porque tienes a alguien.

Hoy mas convencida que nunca, aunque no es la primera ni la última vez que lo diré y me arrepentiré, y contradiré mis palabras y tarde o temprano volveré a decirlas. Pero creo que tengo que dejar de esperar, de estar a expensas, he de pasar página, de comenzar a escribir una nueva historia.

Estoy atascada en mitad de una historia que no tiene un principio claro, y no sé si tendrá algún final...
Atascada en una maraña de páginas en blanco o con palabras sin sentido e inteligibles, ni para mí ni para nadie.

Tengo que cerrar este libro, aunque no llegue a saber el final, aunque se quede incompleto, pero no puedo seguir intentado completar una historia si hay errores de imprenta con mogollón de párrafos incomprensibles o cantidad ingente de páginas en blanco. Así no hay quien pueda leer ni entender nada... por mucho que me empeñe en creer o desear que todo acabara bien, y que habrá un final feliz y comeremos perdices...

La vida real es un lugar donde nunca hay finales felices.
Lástima que cuando pequeña me encantasen los cuentos de hadas...

Más desencantada que nunca, me despido: Sin Remite.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Querido Nadie

Hoy he estado haciendo memoria, recordando tiempos lejanos, algunos dirían tiempos mejores. Pero para mí ahora mismo cualquier tiempo fue mejor...

Me ha entrado melancolía, añoranza.
He comenzado a echar de menos algo que hacía demasiado tiempo que no necesitaba, o no creía ni quería necesitar.

He recordado el suave tacto de una delicada y fina piel.
El olor afrutado y dulzón de largos cabellos sedosos.
El sabor de unos voluptuosos labios con un pequeño toque de carmín.
La delicadeza, elegancia y sensualidad de las curvas de un cuerpo esculpido entre ensoñaciones.

He estado absorta en un amor fraternal, platónico e inalcanzable y olvide la atracción mundana, carnal y seductora del género femenino.
Pasión que en sus tiempos me trajo tantos dolores de cabeza, incomprensión y desconcierto, pero me reconfortaba de tal forma que me dejaba caer en esa maraña de seducción y elegancia.

En pocas ocasiones he tenido el placer de disfrutar de la dulzura de una voz femenina al despertar. De la suavidad de una piel casi porcelánica, frágil, tersa y brillante. De la calidez de unos labios enrojecidos sin necesidad de carmín que dan lo más tiernos besos que cualquier querubín desearía degustar. Del placer de enredar mis dedos en una larga melena suave, sedosa y con un embriagador aroma, que en ocasiones dudas si de procedencia humana, divina o de algún producto de belleza, pero que mientras huela tan bien carece de importancia su procedencia.

Esta mañana al despertar se han apoderado de mí todos esos recuerdos, y después de tanto tiempo he echado de menos a todas aquellas mujeres con las que compartí mi vida en tiempos casi olvidados, que aunque no hayan sido muchas, su escasez en número no ha disminuido su relevancia en mi vida.


Con una sonrisa en la cara, que ha estado exiliada en estos últimos tiempos, me despido esperando que una bella Victoria Alada aparezca misteriosamente en el lugar de donde se mandan estar cartas Sin Remite.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Querido Nadie

Anonadada me hayo...
Sin palabras...
Aturdida...
No consigo comprender que pasa...

Bien sabes que he estado preocupada por tu bienestar, por nuestra amistad, por tu persona en general, porque desde que te fuiste las cosas parecen haber cambiado sobre manera. Pero hablamos, y dijiste que no me preocupara, que todo estaba bien, solo que los estudios te dejaban poco tiempo, nada más.

Pero tras llevas semanas sin hablar. Tras suceder algo relativamente importante y trágico en un entorno relacionado con tu familia, sigues sin dar señales de vida, y no con respecto a mí, sino tampoco con personas a las que se supones que por respeto, apoyo y educación, deberías haberle dicho algunas palabras de consuelo. Pero todo lo he achacado a tus agobios, tu falta de tiempo, y tu personalidad algo arisca.

Y hoy, sorprendentemente, mientras hecho una partida con unos amigos, tú decides aparecer en dicha aplicación online, y cuando ves que tan solo nos encontramos, un buen amigo tuyo y yo, decides desaparecer. Sin decir nada, sin más, entras y te vas. Como si por más corta que fuera tu "visita" no se quedase registrada...

Siento, sospecho, y cada día creo más firmemente, que me evitas. No sé si tan solo a mí, o nos evitas a todos lo que hemos tenido relación cercana y amistosa a ti. Todos los que según tus propias palabras hemos sido importantes en el verano.

Acaso tan solo querías eso, ¿amigos de verano? Llevo algo más de un mes que me he acostumbrado a tu continua ausencia, y aunque mis sentimientos por ti no han desaparecido, no me condicionan, no me atan, y no los considero tan importantes en mí día a día. Sé que es posible que esta indiferencia cambie en cuanto te vuelva a ver, pero por ahora estoy estable y a gusto con ella.
Por eso, tengo la capacidad de ser algo más objetiva y realista. Y no sé que está pasando en tu vida, o en tu cabeza, pero nuestra amistad se está resintiendo, y a pasos agigantados. Porque entiendo que no tengamos contacto frecuente, por falta de tiempo, es totalmente comprensible, pero que desaparezcas cuando estoy en una red social o en algún juego o aplicación online, donde siempre todos hemos charlado y jugado juntos sin ningún tipo de problema...

Tú sabrás, y solo tú lo sabes, lo que pasa o deja de pasar. Tan solo espero que en algún momento te dignes a dar la cara y darme alguna explicación, y no una mera escusa de que el día tan solo tiene 24 horas...

Indignada y estupefacta me despido: Sin Remite.

lunes, 31 de octubre de 2011

Querido Nadie

No pensé que llegaría este día... Pero has pasado de ser una de mis pensamientos diarios, una de mis preocupaciones continuas, y uno de mis mayores deseos; a que ahora estés en un segundo plano.

No porque ya no sigas siento importante, tu relevancia no ha disminuido, han aumentado mis problemas. Mi vida, mi mundo, mi alrededor comienza a desmoronarse y no sé qué hacer ni cómo afrontar nada de esto.

Ojala pudieras estar aquí, pasar un rato en tu casa, con la tranquilidad de tu jardín junto a la piscina, charlando, jugando o tocándonos las narices mutuamente. Cualquier cosa para aislarme un poco del mundo, olvidar mis problemas. O simplemente contártelos y desahogarme. Pero estas lejos, y tienes tus propios problemas. Todo queda muy forzado hablando por teléfono o internet...

No sé si es una sensación, una realidad, o una idolatración amorosa, pero cuando estas aquí, cuando estoy junto a ti, los problemas desaparecen, haces que todo vaya bien. Me gustaría que estuvieras aquí, o en su defecto yo estar allí... pero ambas cosas son demasiado complicadas por las circunstancias personales de cada uno...

Al menos me queda un pequeño consuelo, aunque suene cursi y "enamoradizo", te tengo en mis sueños. Desde que todo esto comenzó a ir mal, cada noche comenzaste a aparecer en mis sueños, y cuando duermo todo va bien. No hay problemas y estas junto a mi... Así algo es algo...

Decaída y echando de menos a mi mejor amigo me despido, Sin Remite.

jueves, 13 de octubre de 2011

Querido Nadie

Ahora eres más “nadie” que nunca.

Hace días, semanas, que no sé nada de ti. No respondes cuando te escribo, no contestas a mis llamadas. No sé si te pasa algo o me estas evitando. O quizás ambas cosas.

Estoy preocupada, no se deja en el olvido a la persona que se supone que es tu mejor amiga. Aunque últimamente parece que el concepto que tengo de la mejor amistad no coincide en exceso con el del resto de la humanidad… Tendré que acabar creyendo que soy la que está equivocada. Pero eso es asunto aparte.

Todo eso no quita para que siga preocupada. A pesar de lo que siento, tú sigues siendo mi mejor amigo, y te echo de menos como tal, y de tal modo siento que alto te está pasando y, que por lo que sea, no quieres contármelo, no sé si lo que pasa es que no quieres que lo sepa la chica que está enamorada de ti, o si le quieres ocultar información a tu mejor amiga. De cualquier modo, esa soy yo, y como mejor amiga no me gusta que me excluyas de tu vida.

En mi interior, en la intimidad de mi habitación, quizás no sepa muy bien separar una parte de la otra, pero ante ti siempre lo he hecho, exceptuando el día de la despedida. Ese día apague mi parte racional, y deje que la chica enamoradiza campara a sus anchas y la tuve a flor de piel.

No hace mucho pensaba luchar por ti con uñas y dientes cuando tuviese la oportunidad, pero ahora… al notar nuestra amistad en peligro, no creo que sea lo más adecuado. Quizás deba seguir tu consejo una vez más y buscar a alguien para darle todo lo que creo que quiero darte a ti. Pero por favor, dime qué carajo te pasa, porque la preocupación no me deja dormir, y la falta de sueño hace que esté al borde de la locura…

Me despido sin amor, sin amigo, sin noticias, Sin Remite.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Querido Nadie

Necesito sentirme querida.

En este preciso instante necesito que alguien me quiera, sentir que soy la persona más importante para alguien.

Necesito dar todo cuando guardo para alguien que ya tiene de todo. Es injusto para el mundo que yo quiera darle todo de mí a alguien que no necesita de nada.

Ojala existiera alguien a quien poderle brindar todo cuanto tengo por dar, y que con ello le hiciese la persona más feliz del mundo.

Hace demasiado tiempo que mis oídos no escuchan un "te quiero" sincero.
Hace demasiado tiempo que mis brazos no se funden en un abrazo cálido con el ser amado.
Hace demasiado tiempo que mi cuerpo no experimenta la dulzura de hacer el amor.
Hace demasiado tiempo que mis labios no pronuncian un "te amo".
Hace demasiado tiempo que mi piel no se eriza por una caricia intensa.
Hace demasiado tiempo que mis ojos no se reflejan en el brillo de otros ojos que a la vez que reflejan en los míos.

Comienzo a conformarme con cualquier amor, sabiendo que no puedo tener el tuyo, cualquiera me vale, pero necesito alguno.
Una persona tan dependiente del amor como lo soy yo, llevar tanto tiempo sin que nadie me quiera ni me permita quererle, hace que comience a volverme loca.

Un trato simple, sincero. Prometo a cualquiera que quiera amarme hacerle la persona más feliz del universo, entregar todo de mi, entregarle un amanecer cada mañana, y la estrella más preciosa y brillante al anochecer. Prometo escribir mil versos de amor y regalar centenares de rosas rojas cada segundo que pase sin su presencia. Prometo lo inalcanzable, lo imposible, prometo cuanto puedo imaginar, que si alguien se digna a amarme le entregare hasta el último aliento de mi si así lo desea.

Sin amor y con mil promesas se despide una eterna enamorada Sin Remite.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Querido Nadie

Acaba de desplomarse sobre mí el enorme peso de la soledad, de la más pura y cruel soledad.

No importa si te rodean centenares de personas, si te falta la que da sentido a tu vida.
En muchas ocasiones, echar de menos a alguien puede hacerse llevadero, las penas cuando se comparten son menos tristes. Pero cuando llegas al punto de angustia tan profunda, que tan solo serías capaz de compartirla con una sola persona, la que denominas tu mejor amigo en este mundo, tu persona de confianza, de contacto en caso de emergencia, la persona en la que cuyas manos podrías tu vida sin un atisbo de duda ni preocupación.

Pero… ¿qué ocurre cuando esa persona de confianza es la misma cuya ausencia te crea tal angustia que te cuesta seguir respirando?
¿Qué pasa cuando necesitas un abrazo del ser amado, y tan solo puede calmarte la presencia de un verdadero amigo, y es el mismo de cuyo abrazo careces?
¿Qué se hace cuando todo cuanto necesitas tan solo puede bríndatelo un ente ausente?

No se puede hacer nada, la soledad hace acto de presencia y te atrapa entre sus garras despiadadas e infranqueables. Esas de las que por mucho que forcejee no podrás soltarte nunca, tan solo depende de que aparezca la persona adecuada en el momento adecuado, con una enorme linterna de amistad, compañía, cariño y amor, para asustar a la mayor y peor de todas las sombras y temor de la humanidad. Es el único remedio, lo único que puede ahuyentarla.

Desearía que pudieras dividirte en dos, que fueses en distinto tiempo, en distintos seres, y estuvieras en distintos lugares, siendo el hombre de mi vida, de mis sueños, mi amor imposible, y por otro lugar mi amigo fiel, mi confidente, mi compañero. Necesito ambo de ti, pero ahora desearía que fuerais dos, no soporto la ausencia de ambos en este momento.

Más sola y desesperanzada que nunca se despide este alma Sin Remite.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Querido Nadie

Te vas.
Te escapas entre mis dedos y no puedo hacer nada por retenerte. Cada segundo, cada instante, cada abrir y cerrar de ojos hace que tenga menos de ti.

Soy como un niño pequeño solo en el aseo, frente al lavabo, jugando a atrapar el agua, intentando cortarla, o retener toda la posible en sus diminutas manos sin que haya una sola fuga. Y se acaba enfadando por no conseguir sus objetivos.

Solo que yo soy más estúpida aun, yo tan solo he querido retenerte entre mis manos sin hacer fuerza para que no te escurrieras entre los dedos, sin preocuparme de tapar las fisuras por la que podías filtrarte. Tan solo esperaba un milagro y que las leyes de la física dejasen de cumplirse para así poder tener eternamente un puñado de agua para mí.

Sé que he pedido demasiado, he deseado lo imposible, y no he hecho nada por conseguirlo. Tan solo me he conformado con el hecho de pedir, como si con eso bastara. Ahora te vas, y noto tu ausencia incluso antes de tu marcha, te echo de menos cuando aun ni tan siquiera te he perdido de vista.

Sé que nada cambiará, sé que volverás, sé que seguirás siendo mi mejor amigo y yo la tuya. Lo que me molesta es que no haya tenido los arrestos en todo este tiempo de decirte lo que siento, de demostrarte cuánto eres para mi, cuan deseo que seas para mí por siempre. Sé que las cosas seguirás estando como están aunque estés un poco más lejos, como han estado todo este tiempo atrás, todo igual. Eso es lo que me entristece, lo que me preocupa, lo que me duele, que todo sigue igual, y por mucho que me dije que iba a hacer o decir, no he hecho ni dicho nada, no he tenido coraje, valor, tan solo he tenido miedo.

Y ahora te vas.

Sin Remite.

sábado, 27 de agosto de 2011

Querido Nadie

Desahuciada, aterrada, perdida.
Me siento, pero no me reconozco.

No actúo como siempre lo he hecho, no me comporto como debería, temo lo que jamás temí. Me siento aturdida.

Llevo días con una sensación de despedida continua, se que en unos días te irás, no para siempre, pero sí que te irás lejos, y no podre verte. Y cada día que paso sin ti se me hace eterno, quiero pasar el mayor tiempo posible contigo antes de perderte. Todo me huele a despedida.

Al notar tan cerca un adiós, o mejor dicho un hasta luego. Me hace pensar que quizás deba armarme de valor y decirte lo que siento. Porque la distancia y el tiempo pueden ser mis aliados en el olvido. Y si no tuviera que recurrir a él, se perfectamente que no supondrían una traba, porque a día de hoy se que no sientes lo mismo por mí. Si no tuviera que recurrir al olvido seria porque te planteases que en un futuro quizás pudiera llegar a pasar. Por lo que mientras ese futuro llega, la distancia y el tiempo me serian de ayuda para poder echar culpas al destino.

Por otro lado, temo precipitarme, asustarte, romper tus esquemas y que eso nos dañe. Desearía saber que soy para ti, saber a que me atengo, saber cómo me ves y con ello sacar mis conclusiones de tu posible reacción.

Estoy demasiado enganchada a ti, me he vuelto dependiente hasta unos extremos enfermizos y ahora temo dejarte ir, porque temo perder mi presencia con tu ausencia. Desearía amarte un poco menos. Desearía ser temeraria como lo era antes, y pensar que puedo lanzarme a la piscina porque no hay nada que perder. Pero al amarte tanto... el mero hecho de pensar que perderé ese amor, me impide lanzarme. Puede que si no me lance no lo pierda nunca, pero siempre sea un amor no correspondido, pero al menos es mi amor, y seguirá siendo siempre mío. Pero si me arriesgo y me encuentro un no definitivo, una eterna amistad a tu lado, y la ausencia del amor que ahora siento, no es del todo malo, pero me aterra. Como un niño se asusta de un payaso que tan solo quiere regalarle un globo.

Llevo semanas repitiéndome a mi misma que desearía quererte un poco menos, pero en el momento en que apareces, en que haces algo propiamente tuyo, no puedo evitar decirme: Pero como no le voy a querer...
Odio que seas todo lo que siempre he deseado.

Perdida, frustrada y con miedo me despido: Sin Remite

jueves, 11 de agosto de 2011

Querido Nadie

Llevo meses convenciéndome de que esto es pasajero. Que es una tontería momentánea, un amor adolescente que se pasara.
Pero ya no soy una adolescente, y tras un año de auto convencimiento no es algo pasajero, y los sentimientos tan arraigados no son una tontería.

Pero temo luchar, porque temo perder.

Nunca me ha dado miedo decir lo que siento, declararme sin un atisbo de duda ni vergüenza. Pero en las demás ocasiones no tenía nada que perder, y tampoco era algo tan profundo.

No es un simple capricho, no es lo típico de: “¡oh, que chico tan guapo! Me hace reír, parece buen tío, me gusta.” Porque es algo mas, es mucho mas, es el hombre con el que quiero compartir mi vida, estoy tan enamorada de él como de su ADN porque es el que quiero para mis futuros hijos, admiro sus valores y sus principios y quiero que sean los que predominen en mi vida y en la de mis descendientes. No es un simple chico guapo, es el hombre adecuado.

Pero aun somos jóvenes, no somos adolescentes, pero somos unos adultos noveles, demasiado novatos para el mundo real. Aun vemos las cosas desde el punto de vista de un niño pequeño, y en parte eso es bueno, pero hace que los deseos y las metas se conviertan en caprichos. Pienso que es pronto para algo tan grande, pero es demasiado grande como para dejarlo ir.

Tengo miedo de luchar y ganar la batalla, porque una batalla no supone la victoria en la guerra, y qué más da ganar la primera lucha si se pierden todas las siguientes.
Y si pierdo la primera batalla… quizás sea el principio de perder la gran guerra.
Odio el pesimismo que me invade, nunca he visto el vaso medio vacío, pero tengo tanto empeño y deseo en que este completamente lleno, que verlo a la mitad hace que no sea suficiente.

Maldita duda, maldita vida compleja, maldita niña enamoradiza: Sin Remite.

domingo, 7 de agosto de 2011

Querido Nadie

Me flaquean las fuerzas. Mi resistencia comienza a mermarse.
Comienzo a pensar que lo más sensato es una retirada a tiempo, que debo dar la guerra por perdida. Sé que mi rival no es más fuerte que yo, pero no puedo combatirlo.

¿Cómo impedir que conviertan en cecina una fortaleza, si desde dentro de la misma abre las puertas de par en par para darle paso al enemigo?

Es una batalla injusta, estoy en clara desventaja. Esta siento una guerra de desgaste total y absoluto. Y para colmo no tengo ni un atisbo de esperanza ni ayuda. Mi humilde ejército está luchando cuerpo a cuerpo contra una gran potencia bélica, que conoce a la perfección las tácticas de combate y el campo de pelea. Y a pesar de ello, la propia fortaleza que intenta derribar le brinda auxilio.

Sé que de estar en igualdad de condiciones, podría llegar a tener posibilidades de ganar, no solo una batalla o dos, sino cualquier guerra a la que dicho enemigo quisiera enfrentarme. Pero en estas condiciones veo que mi esfuerzo es inútil. Comienzo a quedarme sin recursos, hay más bajas que soldados en pie, y los heridos triplican a los ilesos.
El honor y el coraje abogan por luchar hasta el final, por defender la fortaleza con uñas y diente, por cumplir la misión hasta que caiga el último hombre.
Pero tanto tiempo de lucha agota al ejército, muy pocas fuerzas y muchas injusticias. La motivación no lo es todo, no puede obrar milagros.

Aunque sea la decisión más insensata, pienso seguir luchando, al menos por ahora. Pero cierto es que comienza a calar la idea de que no merezca la pena tanto sufrimiento.

Sin mayor demora se enfunda la armadura esta militar:
Sin Remite

miércoles, 13 de julio de 2011

Querido Nadie

Odio la distancia a centímetros.
Odio desearte y no poder siquiera dirigirte la palabra.



Tu indiferencia. Ausencia de aprecio. Me siento invisible a tu lado, ausente, desaparecida. Haces que crea que carezco de valor, de existencia, de alma. No sé si eres consciente de lo que haces o de cómo me haces sentir. No lo sé, y no quiero saberlo, porque ya bastante duele el hecho en sí, como para asimilar la causa.



Si no eres consciente… descubrir que realmente no aporto nada a tu existencia ni a tu bienestar, sería horrible.

Si eres consciente… no puedo comprender esa crueldad. Entiendo que quieras evitarme, impedir que ciertos sentimientos se acrecienten en mí, porque podrían en peligro nuestra amistad. Pero precisamente por respeto a la misma, deberías tratarme como a los demás, y no provocar tal sufrimiento en mí.

Por ello, no quiero saber cuál es la causa, pues no podría soportar ninguna de las opciones.



Ausente e invisible me escabullo y acabo huyendo a un lugar donde mi soledad este justificada por la ausencia de compañía.

Sin presencia.

Sin Remite.

viernes, 1 de julio de 2011

Querido Nadie

Me siento aturdida, perdida, confusa.
No sé bien porque hago esto, ni porque me inquieta tanto hacerlo.

Jamás he visitado a ninguno de mis amigos que estudia fuera en ningún momento a lo largo de los 4 o 5 años que llevan fuera de la ciudad, pero sin embargo en los últimos seis meses he hecho dos visitas a la misma persona, comiéndome las cinco horas de viaje para la ida y otro tanto para la vuelta, sin razón aparente.

Nunca he sentido atracción por acudir a cursos ni seminarios que me hagan perder más tiempo y dinero, del que me puedan llegar a aportar. Y sin embargo ahora lo hago por justificar el viaje.

Nunca he sido tan impulsiva ni despreocupada. Disfrazando escarceos inmaduros y furtivos con ropaje de responsabilidad y obediencia laboral.

Siempre he dicho que jamás he hecho locuras por amor, quizás estas sean mis locuras de amor, aunque en el fondo me da miedo denominar esto como Amor.

Temo tanto el porqué de mi comportamiento, como el hecho de no saberlo, me siento marioneta bajo los hilos de mi propio subconsciente. Me siento fuera de mí. Hago cosas impropias de la mujer que creía ser. Jamás he tenido valentía ni coraje para viajar en solitario, siempre lo planteaba como deseo, como anhelo que todos tenemos, a todos nos gusta viajar, pero lo veía como una posibilidad futura casi intangible. Algo que se dice por decir, lo típico que en un cuestionario sobre aficiones y gustos todos ponemos una X en la casilla de viajes, pero quizás lo más lejos que hemos ido a sido a la cuidad más cercana a nuestro lugar de nacimiento.

Siento el estomago encogido, como cerrándose sobre sí mismo. Demasiados pensamientos hipocondriacos se apoderan de mi mente. Sé que todo es falso, es la respuesta lógica e insegura que mi parte consciente intenta darle al comportamiento irracional e insensato que mi subconsciente me está provocando.

Siento cierta enajenación mental, claramente sin llegar a la locura, pero es un comportamiento tan impropio de la mujer que creía conocer tiempo atrás que tiene mi mismo nombre, mi mismo aspecto, mis mismos recuerdos, de esa mujer que siempre se despide de ti sin remite, y que ahora esta mas perdida que nunca, y aunque quisiera poner su paradero no podría hacerlo porque ni ella misma sabe donde ubicarse.

Así que, hoy más que nunca, se despide de ti, es mujer asustada, perdida y
Sin Remite.

lunes, 13 de junio de 2011

Querido Nadie

Sé que no será fácil. Creo que será lo más duro que voy a hacer en mi vida, o por lo menos, lo más duro que he hecho hasta ahora. Pero he de hacerlo, es la única solución.

Aquí ha habido muchas cartas, con diferentes destinos, por diferentes motivos, y hoy, en este preciso momento, pongo fin a la correspondencia que te tiene como destinatario, como meta.
Seguiré escribiendo cartas, pero no serán para ti, ninguna mas te tendrá como objeto. Quiero alejarte, encerrarte en una cajita pequeña y guardarte en el lugar más recóndito de mi mente, y para ello he de olvidar mi correspondencia contigo.

Estas y estarás presente en mi vida de muchas maneras, por muchos motivos, pero este, concretamente esta causa quiero eliminarla de la ecuación. Si las voces y los augurios de Casandra son ciertos, en algún momento serás tú mismo quien te buscaras, te encontraras en ese lugar olvidado y te sacaras de esa cajita minúscula. Hasta entonces, yo te voy por perdido, por olvidado en la maraña de ideas, deseos y miedos de mi mente. Te condeno al destierro de mi mente.

He de hacerlo por mí misma, por mi egoísmo, por mi salud física y mental. He de verte tan solo como las normas lo dictan, como las leyes sociales no escritas dictan que ha de ser. No está bien que te vea de otra forma, y si sigo viviendo al margen de la ley acabare encerrada de por vida en una cárcel invisible de dolor, temor, ira y angustia. Sé que no te perderé, que no me perderás, no al cien por cien, pero si tengo que omitir una parte de ti, merezco intentar ser feliz sin que tú seas el objeto de mi felicidad, tengo que aprender a sentirme feliz por mí misma, y no verla solamente allá donde tu estés.

No sé cómo he de hacerlo, no se por dónde empezar. Pero si lo que quiero es dejar de ser consciente de lo que siento, tengo que dejarlo en manos de mi subconsciente, dejarlo en manos de la parte de mi mente que no puedo controlar a voluntad. Porque si esa parte curiosa e insensata se entera de donde el olvido te va a guardar, ira corriendo a buscarte y a liberarte de nuevo.

Tan solo quiero que lo sepas, y que respetes mi decisión, que no intentes impedirlo. Deseo desde lo más profundo de mi ser, que el Oráculo tenga razón, y que en algún momento desconocido en el futuro vengas a rescatarte, y por consiguiente, a rescatarme.

Hasta entonces, estaré olvidándote.
Sin Remite.

jueves, 2 de junio de 2011

Querido Nadie

Sé que no debería estar haciendo esto…

Sé que ha pasado mucho tiempo, que se supone que yo he pasado página, que tú has pasado página…

Se supone que ahora somos dos personas maduras e independientes, que no tenemos nada que ver la una con la otra…

Pero… tú sigues sin pisar los lugares donde se supone que yo puedo estar, y yo deje que la única persona que me ha querido después de ti me dejase por el simple hecho de que yo conoce a una réplica de ti, o a lo que yo creí que era una réplica tuya, y me desviví por conocer a esa persona y descuide a quien tenía al lado, simplemente porque no podía parar de pensar en ti.

Porque cuando alguien me dice que te ha visto, que se ha cruzado contigo, que conoce a alguien que te conoce, o que te conoce directamente a ti, les avasallo a preguntas.

Sabes porque me cabree cuando dijiste que yo no debería haber ido a tu graduación, porque era cierto, no debería haber ido con la excusa que fui, debería haber sido valiente y haber dicho la verdad, haber dicho que fui por verte, por saber de ti, por estar presente en ese día tan importante en tu vida. Pero no me arrepiento de haberme cabreado, porque eso me permitió volver a oír tu voz, me permitió saber que te estaba pasando, y me permitió conocerte un poco y hacerte de amiga, de confidente, de consejera una vez más.

Y durante meses después seguí “acosándote”, interesándome por ti, con la escusa de saber cómo estabas, con la escusa e querer ayudarte, con la escusa de que te desahogases y volvieras a ver en mi la amiga que un día fui, porque a raíz de aquella amistad que un día nos unió, surgió una de las relaciones más maravillosas que te he tenido, surgió uno de los amores más sinceros que he tenido.

Y fui estúpida en su momento en dejarte escapar, antepuse a ti cosas que en realidad no tienen valor alguno, y lo sé, siempre lo he sabido, pero soy demasiado cobarde y orgullosa para reconocerlo. Y te preguntaras que entonces… porque lo hago ahora… simplemente, porque a pesar de todos estos años, a pesar de no saber de ti, de no verte, ni oírte ni hablarte, a pesar de todo, sigo queriéndote, no puedo borrarte de mi mente, y no sé cómo hacerlo, ni siquiera sé si quiero hacerlo…
Quizás todo esto sea en balde, supongo que no valdrá de nada, o quizás lo valga todo. Pero ahora tengo ganas de luchar por ti, de volverte a tener entre mis brazos y recuperar todo lo que perdí.

Perdóname por haberte dado de lado, por no haberte esperado, por abandonarte, por sustituirte, por intentar olvidarte, y si no te valen estas disculpas porque ya sea demasiado tarde… al menos perdóname por seguir amándote.


Sin Remite

lunes, 30 de mayo de 2011

Querido Nadie

¿Cómo consigues hacerme dudar constantemente?
Perdí mi momento, perdí la oportunidad que siempre desee porque creía que tú bromeabas.
Me hiciste dudar, creí que yo no podría llegar a ser algo mas para ti, pensé que solo buscabas un revolcón esporádico. Creí que bromeabas y no te hice caso…

Y ahora… cuando ya ha quedado claro que eso fue agua pasada, que ya has encontrado una substituta, no para mí, sino para todas, cuando ya has encontrado a la siguiente y no a una más, ahora me doy cuenta de que yo pude ser ella.

Y sigo sin saber que siento… Porque cuando estoy a solas te deseo, te echo de menos porque estas lejos, pienso en ti por cualquier cosa, y a la vez soy tu carabina, tu confidente, tu celestina, soy la que interviene por vosotros en ese romance que comienza, soy la que pone si alma y corazón por que salga a delante una relación que me perjudica más de lo que me beneficia, y lo hago de mil amores. Me alegro de que hayas encontrado a ese alguien, me alegro que ella siente lo mismo por ti… y ¡¡me vuelvo loca!!
No consigo comprender porque conviven dentro de mí sendas actitudes tan opuestas…
No consigo entender si realmente te quiero o hemos llevado nuestra amistad al nivel más alto y esto que confundo con amor es camaradería, complicidad, amistad en estado puro.
Hasta cuando dejas de jugar a confundirme, hasta cuando se supone que las cosas están más que habladas, están más que claras, hasta cuando no hay lugar a mal entendidos y diversidades, hasta en esos momentos me creas incertidumbres, dudas, cuestiones que no se interpretar ni resolver. Probablemente no eres tu el causante, sino yo misma, pero esas dudas se derivan de ti, ya seas complemento directo o indirecto, dudo por ti.

En ocasiones pienso que mi cerebro, mi imaginación y mi agudo síndrome de abandono me juegan malas pasadas. Y al llevar tanto tiempo de soltería le doy vueltas a las cosas y veo amor o deseo donde solo hay amistad. Quizás esa rabia al haberme dado cuenta que en otro tiempo pude ser yo la siguiente y que ahora pasó mi momento, y parece no llegarme ningún papel protagonista en vida de nadie, deseo sentirme admirada, querida, deseada, quiero sentirme una mujer seductora, sexy, atractiva, capaz de amar y ser amada… Juntando todo eso con la fuerte amistad que nos une y tu exaltada galantería y afán de conquista, hace que me crea enamorada, que me crea atraída, y no es más que deseo de que así sea, no sentimiento real…

O quizás sea real, quizás te ame, quizás finja ser tu amiga solo por estar cerca, quizás me engañe a mi misma y me haga creer que realmente me alegro de que ames a otra y de que yo te estoy ayudando a conseguirla para que así tengas algo que reconocerme, para que así, cuando vuelva mi segunda oportunidad, cuando este nuevo amor se te acabe, yo siga ahí y pueda decirte que a pesar de todo yo te sigo queriendo y que hice todo esto por ti porque sería una forma de garantizarme una recompensa… Mi ansiado premio, TÚ.

Hay tanto quizás en mi cabeza, tantas dudas, tantas posibilidades, que o bien no quiero despejar, o realmente no sé hacerlo…
Y citando textualmente la letra de una canción de un grupo que me encanta, me despido hasta mi próxima carta: Sin Remite

Perdido en un mar de dudas
Y creo que voy a mentir si digo que espero
Que vengas a mí y sepas que pierdo el culo por ti…

Hazme reír como tú sabes
Correr detrás de ti esos son mis planes…

Pereza – Mis planes.

sábado, 7 de mayo de 2011

Querido Nadie

Intento huir de ti. Huir de lo que siento. Me engaño, me miento a mí misma, me niego continuamente que te amo.

Me voy lejos creyendo que si no te veo, si no hablo contigo, si desaparezco todo pasará. Pero consigo lo opuesto. Estás más presente que nunca en mis pensamientos. Todo me recuerda a ti, cada cosa se hago, digo o pienso…

Intento ocultarlo de tal modo que he dejado de hacer cosas que me hacen ser quien soy, que me definen. He dejado de escribir, porque si lo hago desato la cadena de sentimientos y emociones que intento reprimir. Porque por una vez, por primera vez en mi vida, quiero dejar de ser yo misma.

Siempre he sido una mujer independiente, segura de sí misma, con los pies en la tierra y convencida de que puede lograr todo cuanto se proponga. Siempre he sido una miedica, una asustadiza y temerosa de todo… pero jamás he temido al futuro, más bien lo contrario. Siempre tenía la mirada fija en el horizonte, deseosa de nuevas cosas, de conocer el futuro y lo que está por venir.

Pero ahora… se me han acabado las metas, se me ha ido la ilusión y las esperanzas… No sé que quiero para mi vida futura. Tengo miedo a lo que está por venir.

Ahora puedo pasearme a oscuras por una casa vacía sin miedo a que algo o alguien salgan de la nada. Puedo conducir horas y horas en solitario sin miedo a un accidente o a que me pare la policía. Tengo valor para caminar sobre rejillas o superficies inestables sin miedo a caer al vacío…
Pero temo ser quien soy. Temo ser la mujer amargada y solitaria que finge ser tan solo tu mejor amiga, pero cuando está sola en su habitación llora tu ausencia…

Siempre que hablamos, cuando estas triste y me cuentas tus problemas, me sueles decir que lo único que quieres es que alguien te cuide, que alguien te mime, que alguien te quiera, pero que lo hagan porque realmente lo sientan, no porque es lo que tú quieres que hagan por ti.

Cuando me dices eso, me dan ganas de sostener tu cabeza sobre mis manos, hacer que fijes tu mirada en la mía y decirte que me mires, que me tienes delante. Que soy yo la que te cuida, la que hace lo posible porque estés bien cuando crees que nada tiene sentido, la que intenta que vuelvas a ser ese gato callejero que siempre pretendes ser cuando se te olvida serlo. Soy yo la que te mima, la que te acoge en su regazo y te acaricia hasta que todo el mal se va y concilias el sueño. Y que soy yo la que te quiere, porque si no lo hiciera no estaría huyendo, no pasaría horas escuchando que la mujer a la que amas te ha roto el corazón, y no me pasaría después horas recogiendo y recomponiendo los pedazos. Te quiero… porque si no lo hiciera, dejaría a un lado nuestra amistas y desde el primer momento me habría lanzado a tus brazos suplicándote un beso y tu amor eterno…

Recuerdas aquel día que se me vio el plumero, aquel momento en que te diste cuenta que yo sentía algo por ti. Y me preguntaste porque no te había dicho nada. Yo conteste que no lo había hecho porque no tenía importancia, porque era un capricho pasajero. Y me intente convencer de ello una y otra vez… Pero en realidad no te había dicho nada porque es demasiado grande, porque es demasiado importante. Y porque si te lo dijese todo esto acabará. Porque prefiero ser tu mejor amiga, tu confidente, tu paño de lagrimas y tu compañera de juegos, a que en algún momento pase a ser una más, la siguiente en la lista, una de tantas con las que has estado y has intentado querer tan solo con el propósito de olvidar a la única mujer que realmente has amado, amas y amarás…

Necesito tiempo… no sé si para olvidarte o para armarme de valor. Pero he de seguir adelante, seguir con mi vida, ver que pasa y acabar con lo poco o mucho que tengo entre manos. Voy a dejarte experimentar, que juegues con tus juguetes nuevos, que veas que pasa con tu vida, con tus chicas, con tu amada. Y algún día… cuando todo esto me suene a pasado o por el contrario esté cansada de que todo esto siga siendo mi presente, actuaré. Me armaré de valor y te diré que me mires, que me veas, que quizás simplemente llegue a ser una más para ti, pero que tú lo eres todo para mí.

Hasta entonces, seguiré escondida en algún rincón llorando tu ausencia y escribiendo estas cartas: Sin Remite.

martes, 19 de abril de 2011

Querido Nadie

Me preguntas por qué me ofendo si te niegas a coquetear conmigo, cuando soy yo la que siempre te rechaza...
¿Realmente no lo sabes? ¿Tan complicado es de entender?

No es lo mismo rechazar propuestas indecentes en todo de burla o broma, que decir que ni borracho ligarías conmigo...
Y si me ofendo, es porque me importas, porque rechazo tus declaraciones sarcásticas, porque no son más que eso, sarcasmo, tu coqueteo por inercia hacia toda mujer que te rodee.

Y me ofendo, porque me he vuelto adicta a ti, porque si paso un día sin hablar contigo te echo de menos, porque si no juego contigo, no me apetece jugar...

Porque nadie consigue hacerme reír y llorar en la misma conversación. Porque nadie es capaz de hacer que le odie tanto porque tiene razón y quisiera que no fuera así, porque me conoces y me dices justo lo que no quiero oír a pesar de que en el fondo es la verdad.

Porque nos conocemos desde hace poco tiempo, pero te conozco tan bien, y tu a mí, que parece que lleváramos siglos y siglos el uno junto al otro.
Si no entiendes porque me ofendo, quizás sea que no me conoces tanto, o porque me conoces demasiado y me pichan, me retas, para que sea yo quien te lo diga, quien lo demuestre...

Pero que pasaría si mi instinto no estuviera equivocado...
Siento que no soy más que tu mejor amiga, tu consejera, tu confidente, tu mano derecha. Y si es cierto eso que dices entre dientes y bromeando de que solo me tiras los tejos como algo cotidiano, como el que cada día cuando sale del trabajo se pasa a comprar el pan...

Y si me desnudo ante ti, si te digo lo que pienso, lo que siento, y no hago más que el imbécil y acabo jodiendo lo único que tenemos que realmente merece la pena, nuestra amistad, nuestras charlas diarias, nuestras reflexiones sobre el todo y la nada. Prefiero el silencio y rechazar tus insinuaciones burlonas día tras día, si con ello no pierdo nada de lo que ahora tengo de ti.

He vuelto a entrar en uno de esos bucles infinitos de duda, incertidumbre e indecisión...

Huyo con cobardía a refugiarme en otros brazos que no supongan nada para mi, para que no puedan desvelar mi alma con una simple mirada...

A pesar de ello, siempre permaneceré a tu lado, observando desde la sombra, escuchando tus cariñosas obscenidades y rechazándolas, siendo quien soy, sin cruzar límite alguno...

Con miedo y cobardía me despido por siempre:
Sin Remite

domingo, 13 de marzo de 2011

Querido Nadie

Llueve… y eso me entristece…
Los días grises me vuelven gris, y tú te has ido. Te has ido para siempre.
Sé que es lo mejor, un adiós definitivo, no más “hasta luego”, “nos vemos”, o “hasta la vista”. Simplemente ADIOS.

Curiosamente no estoy tan “triste” como cabría esperar… quizás por el estrés y el agobio de mis cosas no me permito venirme abajo, quizás cuando acabe con lo que tengo entre manos se me venga el mundo encima. O quizás cuando eso suceda habrá pasado el tiempo suficiente para currar las heridas y no recaer…

Me apena habernos despedido así, tenia bonitos recuerdos de nuestros últimos momentos antes de que llegara el momento final. Es muy posible que no hubiese pasado, que no hubiera posibilidad alguna de que comenzase algo nuevo, pero decirnos adiós poniendo fin a algo que ni siquiera había empezado me resulta triste, penoso, cobarde…

Pero creo que esa palabra nos caracteriza a los dos: COBARDIA.
Yo la tuve en su momento por no arriesgarme a darte todo cuando me pedias. La tuve al huir cuando creí que comenzaba a quererte. Y la tuve cuando no saqué el coraje suficiente para luchar por ti cuando más te necesitaba.
Tú la tuviste por no “presionarme” cuando me veías dudar ante sus elogios. La tuviste cuando aceptaste con resignación mis desplantes y mis malas palabras. Y sobre todo la has tenido cuando te di la opción de “TODO O NADA”.

Pero somos adultos, tomamos nuestras propias decisiones y por ello tenemos que atenernos a las consecuencias… sean cuales sean…
Será duro, no sé si lo será más para alguno de los dos, o si lo pasaremos mal por igual… A estas alturas sigo sin tener claro lo que sientes o sentiste, ni siquiera lo que creo sentir yo…
Pero es lo que tienen las despedidas repentinas, que quedan cosas en el tintero que no se resolverán… simplemente el tiempo echará manos del olvido.

La vida es larga y aun somos jóvenes, habrá otr@s que se crucen en nuestros caminos, y volverá a brillar el sol.

Sin más demora ni rodeos, simplemente, Adiós.
Sin Remite.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Querido Nadie

Te siento tan lejos a pesar de tenerte tan cerca...

Tener tu cabeza sobre mi regazo, mi brazo sobre tu cuerpo, y no poder acariciarte ni besarte...

Siento como nuestros cuerpos se acompasan, el pulso y la respiración se igualan. Podría decirse que no nada que nos separe, pero me siento a años luz de ti.

Si fueras consciente de lo que siento... Si supieras cuantas veces me has roto el corazón sin darte cuenta en tan poco tiempo, pues tú no podías prever el segundo sentido que yo le iba a encontrar a tus acciones a tus palabras, porque no sabes lo que siento...

Sé a ciencia cierta, porque tú me lo has dicho y demostrado, que tu corazón tiene dueña y que tu cuerpo pertenece a otra distinta, y obviamente yo no soy ninguna de esas dos personas...

Y a pesar de que mi corazón también tiene dueño, y no eres tú, y que mi cuerpo no pertenece a nadie, a veces incluso ni a mí misma. Hay algo que me ata a ti, me siento fuertemente atraída. No me refiero a una atracción carnal ni sexual, sino como algo físico desde el punto de vista científico, como un imán atrae virutas de hierro, y me siento enganchada a ti de ese modo, puesto que si las virutas de hierro son diminutas, casi polvo, es imposible de despegar del imán por mucho que lo intentemos.

Por ello me apena, me entristece, hasta incluso podría decir que, me duele un poco saber que no eres consciente de ello, que no provocas ese efecto y ni tan siquiera sabes que se está produciendo.

Desearía tener valor para decírtelo. O mejor dicho, haberlo tenido, ya es demasiado tarde. Tuve la oportunidad idónea y la dejé escapar. Te empuje a otros brazos pensando que no serías bien recibido, pero pequé de confiada, de estúpida y de arrogante.

No tengo esa facilidad que tú demuestras de acerca a tú a los demás con palabras y hechos que podrían provocar un distanciamiento.

Nuestras similitudes me asombran, creo que es lo que me atrae hacia ti, pero lo que me aferra son nuestras diferencias. Me demuestras tantas cosas que yo no soy y no seré capaz de ser, al mismo tiempo que me enseñas como eres, y no sabes cómo te admiro por todo ello.

Ya que no debo ni quiero levantar sospechas sobre mis emociones y sentimientos hacia ti, me despido sin mayor demora:
Sin Remite.

lunes, 14 de febrero de 2011

Querido Nadie

Quiero que vuelvas.

Ya no me conformo con echar la vista atrás y alentarme con los bueno recuerdos. Con esos bonitos recuerdos de tiempos mejores en los que estábamos juntos.

Eso ya me sabe a poco, se me queda pequeño.
Necesito recuerdos nuevos. Momentos felices junto a ti aquí y ahora.

Pero lo que yo quiera no vale de nada. Lo hecho, hecho está y el pasado, en el pasado queda.

Somos adultos, tomamos nuestras propias decisiones y hemos de acarrear con las consecuencias que de ellas se derivan.

Decidimos alejarnos para no hacernos daño, para no enamorarnos y evitar el sufrimiento de la distancia. Pero fue tarde, el daño ya estaba hecho, el sufrimiento ya había surgido, el amor ya estaba presente.

Creamos un gran abismo para separarnos. Creí que podría atravesarlo sin problemas, pero me equivoqué. Mientras yo planeaba como cruzar al otro lado sufriendo el menor daño posible, las cosas fueron cambiando y cuando termine de diseñar mi plan y me atreví a dar un valeroso salto para atravesar el abismo, todo había cambiado, todo era distinto, se me había hecho tarde, todo estaba oscuro, se habían producido temblores de tierra y el abismo había ensanchado. A pesar de ello, me armé de valor y salto, aunque lo que conseguí fue estamparme contra la roca.

Volví a levantarme como pude, estaba muy magullada y mal herida, pero el deseo de llegar hasta ti podía con todo ello, me daba fuerzas y volví a intentarlo una y otra vez.

Ya no tengo fuerza física, demasiados golpes, demasiadas heridas, ya me duele todo. Y además está claro que mis tropiezos han debilitado las superficies de roca, la agrietas y dificultan la tarea abriendo cada vez más el hueco.

Pero que mis piernas no puedan levantar mi cuerpo, no quiere decir que el amor no siga alentando mi corazón. No sé bien por qué, pero sigo amándote. Y a pesar de no tener capacidad para volver a saltar, prefiero quedarme a orillas del abismo antes de retirarme. Porque la esperanza es lo último que se pierde. Y aún espero que las placas tectónicas se vuelvan a desplazar, pero esta vez en sentido contrario y, por azares del destino, vuelvan a unirnos.

Deseo que si eso sucede, no sea demasiado tarde, y sigas ahí.

Esperándote:
Sin Remite

jueves, 10 de febrero de 2011

Querido Nadie

Desearía poder abrazarte ahora mismo. Hoy más que nunca necesito una abrazo tuyo…

Ojalá todo fuera más simple, ojalá pudiéramos estar juntos, ojalá… ojalá… ojalá…

No sé hacer otra cosa más que pedir, rogar, desear.

Bueno sí, sí que sé hacer otra cosa, amarte. Amarte entre lágrimas. Amarte en la soledad de mi alcoba. Amarte en la oscuridad de las noches sin ti. Amarte a escondidas, con miedo a pensar demasiado en ti no sea que alguien me descubra y me pregunte. No quiero que nadie sepa que te amo. No quiero que tú sepas que lo hago.

Ojalá pudiese odiarte, ojalá…

Pero no puedo. Debería odiarte porque con tu ausencia me haces sufrir. Y cuando estás presente el mero hecho de no poder ser por siempre tuya me tortura.

¿Por qué todo es tan complicado? ¿Por qué si dos personas se aman el universo tiene que maquinarlo todo para que las cosas salgan mal y no puedan estar juntas? ¿Por qué tengo que odiar al destino en lugar de odiarte a ti? ¿Por qué tengo la necesidad de odiar a alguien? ¿Por qué tengo el castigo de amar? ¿Por qué tengo un corazón que no sabe más que bombear sangre al ritmo de tu nombre? ¿Por qué te amo? ¿Por qué amarte a ti y no a otro?

Entre “ojalás” y “por qués” paso la noches empapando la almohada con agua salada que brota de mis ojos. Entre ruego y cuestiones paso mis días con esta mirada triste fija en la ventada esperando a que vuelvas.

Y en un mar de dudas. No sé qué sería lo mejor, si que todo fuera “perfecto” o si pudiera odiarte y olvidarlo todo. Ni siquiera sé que es lo que yo quiero. Tan solo sé que lo que no quiero. No quiero estar triste.

No quiero ser este alma triste que lentamente muere por ti y se desahoga entre lágrimas cada noche con estas cartas Sin Remite.

sábado, 5 de febrero de 2011

Querido Nadie

No puedo parar de pensar en ti.

Te extraño tanto, te necesito cerca, necesito verte, oírte, besarte, abrazarte.
Llevo cuatro noches seguidas soñando contigo, y cada amanecer deseo que durante el día ese sueño se haga realidad, y así cada día, y sigo sin poder verte, sin poder besarte, ni siquiera puedo decir que te quiero, que te amo, que estoy muerta en vida porque sin ti nada tiene sentido.

Te deseo más que nunca te he deseado, te necesito diez mil veces más de lo que jamás te he necesitado, y te amo hasta la infinidad.

No aguanto esta situación, llevo días con angustias, con presión en el pecho, con un nudo en el estomago, cada segundo que pienso en ti, que hablo contigo y no puedo decir que te quiero, aumenta esa angustia, esa presión, ese nudo se aprieta. Y a la vez siento miedo, porque si no puedo aguantarlo más y te digo que te extraño que te amo, y tu no respondes, actúas de forma fría y distante, siento miedo de que ya no sientas eso, miedo a que no me eches de menos, miedo a que ya no me quieras, miedo de que todo acabe para siempre, sin recordar siquiera cual fue nuestro último beso, porque en aquel momento no sabía que iba a ser el último, y no lo recordé como tal, y estoy tan angustiada y apenada que no soy capaz de recordarlo.

Te pido por favor que me perdones, sabes que estoy arrepentida por todo, sabes que voy a cambiar, sabes que estoy dispuesta a hacer lo que sea por ti, por recuperarte. Por favor, dame otra oportunidad, por favor…

Sé que todo esta reciente, se que sigues estando mal, pero yo también lo estoy, podemos empezar de nuevo, muy despacio, con calma, o al menos permíteme que te diga que te amo, que te echo de menos, que te necesito, sin que se cree un ambiente tenso, sin que tú te comportes frio y distante, solo eso al menos.

Te necesito, de veras. No quiero hacerte daño, no quiero que estés mal, quiero ayudarte en todo lo posible, y para ello tengo que estar serena, y para estarlo necesito decir que te quiero y que al hacerlo tú no reacciones de forma negativa.

No puedo estar sin ti en vida, no puedo hablar de ti sin que salga instintivamente “mi chico” “mi novio”, me cuesta hablar contigo sin decirte mi niño, o nene, o bebito, y eso me duele. Y si realmente me quieres, si tanto nos amamos, porque alargar la agonía. Podemos intentarlo de nuevo, te daré espacio y tiempo, el que necesites, pero permíteme un te quiero, por favor, por favor, por favor…

Te amo

Siempre tuya:
Sin Remite

jueves, 27 de enero de 2011

Querido Nadie

Espero no parecer una salida ni nada por el estilo, solamente necesito decirte lo que siento.

Son las 12:30 de la madrugada, no puedo dormir, cada milímetro de mi cuerpo demanda tus caricias, tus besos, tus abrazos, tus mimos.

Pienso en ti, en los momentos que hemos pasado juntos a solas, en nuestros futuros momentos, y no puedo evitarlo, mi cuerpo se altera, se excita, te desea.

Como no estás cerca, intento calmarme, pero no soy capaz, solo tú sabes cómo hacerlo.

Deseo sentirte junto a mí, sentir como nuestros cuerpos y nuestras almas hacen el amor de esa forma tan dulce y romántica como solo tú sabes hacerlo.

Te amo, te extraño. Me siento sola durmiendo sin ti, me sobra demasiado espacio en esta minúscula cama si tú no descansas a mi lado. Desearía que fueras este osito de peluche que estrecho entre mis brazos. Desearía que fueras estas sabanas que me abrazan mientras duermo.

No tengo mucho más que decir sin llegar a ser repetitiva. Tan solo que cada noche deseo tenerte a mi lado para verte, oírte, sentirte, abrazarte, besarte y pasar toda la noche junto a ti.

Te ama:
Sin Remite

lunes, 24 de enero de 2011

Querido Nadie

Siento frio si no estás a mi lado.
No quiero perderte, por nada del mundo quiero renunciar a ti.

Te amo demasiado como para dejarte ir.
Quiero pasar toda mi vida a tu lado, imaginar mi vida sin ti me es imposible.

No puedo obligarte a que estemos juntos si no quiere, pero necesito que sema que haría lo que sea, cualquier cosa, por no perderte.

Cuando veo el final ten cerca me doy cuenta de que nada es imprescindible, ni siquiera yo misma, pero tú si lo eres para mí, y por ello daría todo cuanto tengo para que no te fueses de mi vida, no me hagas renunciar a ti, a nuestro futuro juntos.

Por favor, no te vayas... No me dejes sola con este frio...

Siempre te llevare conmigo:
Sin Remite

miércoles, 19 de enero de 2011

Querido Nadie

Te extraño.
Echo de menos tu voz todas las noches antes de dormir.

Echo de menos los momentos infantiles que pasábamos jugando a cualquier cosa, peleándonos con almohadas o hablando como si fuéramos bebés. Echo de menos tus negativas a jugar a cualquier juego de mesa, porque sabias que si ganas tú yo me mosquearía, porque no se llevar bien una derrota, y siempre ganabas tú.

Echo de menos mirarte, quedarme ensimismada mirándote a los ojos sin saber ni sentir nada más que mis ojos centrados en los tuyos. Echo de menos tu mirada mientras yo estoy concentrada en alto, y tú crees que no me doy cuenta de que no paras de mirarme.

Añoro el sonido de tu corazón, escucharlo latir, notar los cambios de ritmo al moverte o dormirte.

Echo de menos el tacto de tu piel, entretenerme y abstraerme haciéndote caricias. Echo de menos el tacto de tus manos rozando mi piel, los pequeños escalofríos que me recorrían cuando pasabas tus dedos por mi piel de forma suave apenas rozando el vello. Echo de menos las dulces cosquillas y las caricias.

Echo de menos sentir tu aliento cerca de mí mientras duermo. Echo de menos ver tu sonrisa al despertar. Echo de menos dormir abrazada a ti.

Echo de menos tu olor.

Echo de menos el calor de tu cuerpo en estas frías noches de invierno.

Echo de menos tus cuidados y atenciones cuando me quedaba dormida mientras veíamos alguna película.

Echo de menos la voz que pones cuando quieres mimitos y yo estoy haciendo algo y parece que no te presto atención.

Echo de menos escucharte tocar la guitarra. Quisiera cantar contigo a voz en grito en mitad de cualquier parque ignorando a la gente que pasea como si fuéramos los únicos seres vivos en la faz de la tierra.

Echo de menos caminar agarrándote la mano.

Echo de menos tus besos. Echo de menos morderte el labio y que al acercarte a mí para devolverme el mordisco, yo me aparte y te esquive, engañarte y volver a morderte.

Echo de menos enfurruñarme solo para que te acerques sigiloso, como cual gatito, con cara de niño pequeño triste y me des un golpecito para llamar mi atención y digas "lo siento" con la voz más dulce que se puede escuchar. Para luego ver tu rostro rebosante de alegría cuando en ese instante me ves sonreír y lazarme hacia ti con los brazos abiertos para darte un fuerte abrazo.

También echo en falta las conversaciones transcendentales sobre la sociedad o la política, y tus lecciones de religión o historia. Echo de menos aprender de ti, adentrarme en tus conocimientos, sentirme tonta a tu lado mientras me asombras con tu sabiduría, como una niña el primer día de colegio. Echo de menos divagar contigo, sobre cualquier cosa, el futuro, o los temas más absurdos que se nos pasaran por la cabeza.

En definitiva, extraño todo de ti, y cada uno de los momentos que he vivido contigo. Sobre todo y por encima de todas la cosas, echo de menos poder decir que Te Quiero.

Adentrada en un mar de recuerdos y embriagada de melancolía, me despido.
              Sin Remite

sábado, 15 de enero de 2011

Querido Nadie

Situación insostenible.
Siento que muero si no estoy contigo.
Sin ti no soy nada.

No hay segundo en el día en el que no piense en ti, en que no recuerde tus caricias, tus besos, tus abrazos y el hecho de pensar que no volveré a sentirlos me atormenta.
Por el contrario, cada instante que pasa hace que esté más segura de que no quiero volver a sentir tus labios sobre los míos, ni tus manos sobre mi piel. Porque si consintiera que todo se volviera a repetir, la tortura aumentaría.

Sé que no podemos estar juntos. Desde el momento en el que supe que llegaría a amarte, también supe que no llegaría a compartir contigo mi vida por siempre, supe que probablemente no llegarías a ser más que un buen amante, como posteriormente he comprobado. Algo intenso, precioso e inigualable, pero fugaz y pasajero. Pero a pesar de todo, creo que puedo afirmar casi sin lugar a dudas que has sido la persona más importante de mi vida.

Jamás había llegado a amar tanto a alguien hasta el extremo de querer odiarle para así amarle un poco menos. Porque, no sé si lo sabes, tanto amor duele. Duele demasiado. Sé soportar muy bien el dolor físico, pero el emocional… es inaguantable, insoportable, exageradamente horrible.

Quiero poder volver a odiarte como creí que llegue a conseguir no hace demasiado, quiero volver al tiempo en que planeaba terribles venganzas contra ti por el daño que me causaba tu ausencia, por lo que yo creía una deshonra.
Pero al conocer los motivos, al ver como la deshonra se convertía en dicha, el daño en beneficio, la ira en amor…. Ahora es imposible odiarte…

Sin saber cómo olvidarte y apenada por tu ausencia, me despido…
Siempre tuya:
                Sin Remite

martes, 11 de enero de 2011

Querido Nadie

He estado reflexionando sobre lo que me contaste. Sobre todo lo que estas pasando, y quizás lo que te voy a decir no te sea útil, o si lo es, no te será fácil.

Por propia experiencia te digo, que si merece la pena esperarla, si realmente crees que merece la pena, no te quedes sentado a esperarla, lucha por ella, ve a por ella. Demuéstrale y dile el porqué si te merece y tú le mereces a ella. Demuéstrale lo que sientes y el porqué lo sientes. Y si ella realmente te quiere hará lo correcto. No te digo que le hagas elegir, simplemente sincérate con ella y demuéstrale que te importa, que la quieres y que no vas a rendirte.

Y si pensándolo fríamente, con decisión y calma, descubres que ella tiene razón y que no merece la pena esperarla, o no estás seguro de querer esperarla. No lo hagas, será duro olvidarla, pero en un futuro más o menos cercano llegará alguien mejor.

Pero piénsatelo bien. Sé por experiencia que si te rindes antes de tiempo te arrepentirás. Y si es verdad que la quieres y ella te quiere a ti, aun no es tarde.

Atentamente:
                Sin Remite

sábado, 8 de enero de 2011

Querido Nadie

Se suele decir que la perfección no existe. Que todo puede mejorarse.

Pero... ¿y si conoces a alguien que parece ser la persona perfecta?
El ser que encaja perfectamente en el hueco que falta para completar el puzle de la felicidad.

Creo que yo he encontrado esa pieza de mi puzle.
Ahora tú pensarás: “Pues entonces, ¿cuál es el problema? Coge la pieza y encájala en su sitio, puzle completado y problema resuelto”.
Pero es mucho más complicado que todo eso, resuelta que yo no encajo en su puzle. Como para mí resulta un ser tan especial, prefiero dejarle ir, dejar que busque la pieza que falta en su felicidad, antes que retenerle contra su voluntad provocando así que su alma esté incompleta.

Lo peor de todo es que me niego a mí misma lo que siento. Me obligo a creer que estoy vacía, que el amor me ha abandonado a mi suerte y me ha dejado en manos del vil destino. Si realmente no le amara, todo sería más fácil, así no tendría que sufrir su ausencia. Si me obligo a creer que no me importa más allá de la amistad, sería mucho más fácil ser simplemente su amiga.

Pero un abrazo amistoso, un solo abrazo, UN ABRAZO SUYO…
Y tenerle frente a mí, escucharle cuando esta triste, saber que se encuentra con el corazón roto… Eso me parte el alma. Se desmoronan mis teorías sobre la ausencia de amor. Y me doy cuenta de que lo único que sé hacer es mentirme, engañarme y engatusarme a mí misma con falsos sueños, con embustes y falsas ilusiones superfluas.

Pero me da tanto miedo quererle. Amarle sería incluso peor que perderle. Temo más al amor que a la ausencia del ser amado. Porque si le quiero, si admito mis sentimientos, si decido aceptar que amo a la persona perfecta, jamás podre llegar a amar a nadie más, me esperaría la soledad eterna, el desamor, el desconsuelo, la ausencia de vida. Porque sé a ciencia cierta que la máxima perfección jamás podrá corresponder a mi amor.


Sin más demora, se despide un alma incompleta.

Atentamente:
            Sin Remite

viernes, 7 de enero de 2011

Carta de Presentación

Querido Nadie:

Soy una ilusa mujer, que se conforma con llorar en la silencia y oscura soledad de su dormitorio, mientras sujeta sobre sus rodillas una vieja libreta en la que escribe cartas que nunca llegan a su destino.

Supongo que todo el mundo tiene cosas que decir, que siempre calla, ya sea por miedo, por falta de valor, por prudencia. Yo escribo todo aquello que no puedo expresar con la voz, por todos esos motivos, y porque a su vez necesito desahogarme.

Hay tantas cosas que callo, tantas cosas que querría decir.

Ese es el motivo de estas cartas, que el mundo conozca todo lo que no me atrevo a decir.

Quizás algún día, por alguna remota casualidad, alguien llegue a leer esto, y todo lo que escriba de aquí en adelante, y se sienta identificado. Quizás de la casualidad que alguna de estas cartas fuera escrita pensando en alguien que se deje caer por aquí. Quizás, no.... Quien sabe....

Con incertidumbre me despido.
Hasta mi próxima carta.

Atentamente:
                       Sin Remite