sábado, 15 de enero de 2011

Querido Nadie

Situación insostenible.
Siento que muero si no estoy contigo.
Sin ti no soy nada.

No hay segundo en el día en el que no piense en ti, en que no recuerde tus caricias, tus besos, tus abrazos y el hecho de pensar que no volveré a sentirlos me atormenta.
Por el contrario, cada instante que pasa hace que esté más segura de que no quiero volver a sentir tus labios sobre los míos, ni tus manos sobre mi piel. Porque si consintiera que todo se volviera a repetir, la tortura aumentaría.

Sé que no podemos estar juntos. Desde el momento en el que supe que llegaría a amarte, también supe que no llegaría a compartir contigo mi vida por siempre, supe que probablemente no llegarías a ser más que un buen amante, como posteriormente he comprobado. Algo intenso, precioso e inigualable, pero fugaz y pasajero. Pero a pesar de todo, creo que puedo afirmar casi sin lugar a dudas que has sido la persona más importante de mi vida.

Jamás había llegado a amar tanto a alguien hasta el extremo de querer odiarle para así amarle un poco menos. Porque, no sé si lo sabes, tanto amor duele. Duele demasiado. Sé soportar muy bien el dolor físico, pero el emocional… es inaguantable, insoportable, exageradamente horrible.

Quiero poder volver a odiarte como creí que llegue a conseguir no hace demasiado, quiero volver al tiempo en que planeaba terribles venganzas contra ti por el daño que me causaba tu ausencia, por lo que yo creía una deshonra.
Pero al conocer los motivos, al ver como la deshonra se convertía en dicha, el daño en beneficio, la ira en amor…. Ahora es imposible odiarte…

Sin saber cómo olvidarte y apenada por tu ausencia, me despido…
Siempre tuya:
                Sin Remite

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