miércoles, 23 de febrero de 2011

Querido Nadie

Te siento tan lejos a pesar de tenerte tan cerca...

Tener tu cabeza sobre mi regazo, mi brazo sobre tu cuerpo, y no poder acariciarte ni besarte...

Siento como nuestros cuerpos se acompasan, el pulso y la respiración se igualan. Podría decirse que no nada que nos separe, pero me siento a años luz de ti.

Si fueras consciente de lo que siento... Si supieras cuantas veces me has roto el corazón sin darte cuenta en tan poco tiempo, pues tú no podías prever el segundo sentido que yo le iba a encontrar a tus acciones a tus palabras, porque no sabes lo que siento...

Sé a ciencia cierta, porque tú me lo has dicho y demostrado, que tu corazón tiene dueña y que tu cuerpo pertenece a otra distinta, y obviamente yo no soy ninguna de esas dos personas...

Y a pesar de que mi corazón también tiene dueño, y no eres tú, y que mi cuerpo no pertenece a nadie, a veces incluso ni a mí misma. Hay algo que me ata a ti, me siento fuertemente atraída. No me refiero a una atracción carnal ni sexual, sino como algo físico desde el punto de vista científico, como un imán atrae virutas de hierro, y me siento enganchada a ti de ese modo, puesto que si las virutas de hierro son diminutas, casi polvo, es imposible de despegar del imán por mucho que lo intentemos.

Por ello me apena, me entristece, hasta incluso podría decir que, me duele un poco saber que no eres consciente de ello, que no provocas ese efecto y ni tan siquiera sabes que se está produciendo.

Desearía tener valor para decírtelo. O mejor dicho, haberlo tenido, ya es demasiado tarde. Tuve la oportunidad idónea y la dejé escapar. Te empuje a otros brazos pensando que no serías bien recibido, pero pequé de confiada, de estúpida y de arrogante.

No tengo esa facilidad que tú demuestras de acerca a tú a los demás con palabras y hechos que podrían provocar un distanciamiento.

Nuestras similitudes me asombran, creo que es lo que me atrae hacia ti, pero lo que me aferra son nuestras diferencias. Me demuestras tantas cosas que yo no soy y no seré capaz de ser, al mismo tiempo que me enseñas como eres, y no sabes cómo te admiro por todo ello.

Ya que no debo ni quiero levantar sospechas sobre mis emociones y sentimientos hacia ti, me despido sin mayor demora:
Sin Remite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario